Además de la preocupación sobre los materiales y el suministro de energía, está creciendo también la concienciación en Europa de que debe hacerse mucho todavía sobre el uso, reutilización y conservación de los valiosos plásticos. A finales del pasado año, la Comisión Europea adoptó lo que se considera un nuevo y ambicioso “Paquete de Economía Circular” (CEP), que se dice que “contribuirá a cerrar el bucle de ciclos de vida de los productos mediante un mayor reciclaje y reutilización y aportará beneficios para el medio ambiente y la economía”.
La Comisión ha propuesto revisar la legislación sobre residuos. Los elementos clave incluyen un objetivo común en la UE para reciclar el 75 % de los residuos de embalajes para 2030 y la prohibición del vertido de los residuos recogidos clasificados. “Menos del 25 % de los residuos de plásticos recogidos se recicla y, aproximadamente, el 50 % va al vertedero”, afirma la Comisión.
La asociación comercial The PlasticsEurope, que agrupa a los fabricantes de plásticos, ha acogido favorablemente el CEP “como un paso más hacia la eficiencia de los recursos”, pero ha manifestado preocupaciones. “La industria europea de los plásticos ha venido reclamando una restricción del vertido de todo lo reciclable, así como de otros residuos posconsumo recuperables, que fuese legalmente vinculante, para 2025”, afirma. “A pesar de que un objetivo del 10 % constituye un paso en la dirección correcta, sigue siendo un tímido intento de poner fin a los vertidos de todos los residuos que puedan usarse como recurso”.
European Bioplastics (EUBP), la asociación comercial de los proveedores de plásticos biobasados, se mostró más entusiasta con el informe. Opina que “deben promocionarse los sectores que miran al futuro con fuertes credenciales medioambientales y potencial de crecimiento, como los bioplásticos”. Pronostica que para 2025 las capacidades de producción de bioplásticos dentro de la UE se habrán multiplicado por veinte, llegando a 5,7 millones de toneladas.